jueves, 24 de septiembre de 2009

Los hijos de la noche

Buena final la de aquel año de 1981. Los hijos de la noche era una comparsa con letra y música de Enrique Villegas, con la dirección del conocido 'Alemania'. El tipo era de mineros y obtuvieron el segundo premio, por detrás de otra genialidad de comparsa como era Pregones, de Pedro Romero con el grupo de Nuestra Andalucía.

Si no me equivoco por aquel entonces estaban también los premios provinciales, estos son el primero y segundo premio local, junto a Charlatanes de feria de Antonio Martín, que fue tercero. Y Los vendimiadores andaluces, Mi ribera del río, y Gibraltareños, los premios provinciales.



Presentación



Yo no le envidio la suerte,
al que pueda presumir
de un trabajo más valiente,
del que me ha tocado a mí.
Yo no maldigo el dinero
con que me quito las penas,
cantando para mi pueblo,
desde debajo la tierra,
desde debajo la tierra.

Bajo a la mina cantando,
cuando subo canto igual,
soy minero que soñando,
vivo entre noche de paz.
Y cuando tengo una pena,
lanzo al viento este cantar.

Va un minero cantando,
por una oscura galería,
en su cantar va diciendo,
que oscura es la pena mía,
que oscura es la pena mía..


De razas tan dispares



De razas tan dispares
como la fenicia o la musulmana.
Con cuerpo de delicia
y ojos que se pierden en la inmensidad.
De gitanas o romanas
con su pelo negro y nariz recortada,
gaditana bonita,
hoy mi pasodoble te quiero cantar.

Hace bastante tiempo
que los piropillos se están olvidando,
pues dicen que son cursis
y el que los prodiga ha pasado ya.

Yo a ti te digo, gaditanilla,
que aquél que echa piropos
es porque es un hombre de verdad.

Una gaditana, que con soltura
va por las calles taconeando,
es un repique de castañuelas
que van sonando y susurrando
salero, arte y calidad.

Y no hay más remedio,
que descubrirse,
o doblegarse con galanura.
Y el que me diga que yo soy cursi
por mi postura,
es porque ese no tiene
ojos ni sangre ni siente ná.


El pueblo no se queja



El pueblo no se queja
de la democracia ni de los partidos,
el pueblo lo que quiere es tener trabajo
y vivir en paz.

Tener lo suficiente y que no le falte
el pan a sus hijos,
y en un colegio bueno puedan educarse
como los demás.

Los líderes de los diputados
y los senadores,
ni tanta controversía entre concejales
deben acabar,
porque es el pueblo solo el que sufre,
los odios y las envidias
de los que hablan de libertad.

Qué sabe el obrero
de las intrigas que manipulan la diplomacia,
si sus estudios quedaron cortos con la desgracia,
de nacer pobre y condenado a trabajar.

Cuando se consiga para el obrero
buenos estudios y dignas casas,
aplaudiremos seguramente a esos bocazas,
que se acuerdan del pueblo
solo cuando tienen que votar.


Cuplés



De los tacos corrientes
que más soltamos los andaluces,
vaya usted a saber cuál será el peor.

Que la palabra coño es muy parecida
a los alcamuces.
Era esta mujer, chochito pelón.

Ahora dicen pollita, pichita corta
y cojoncete.
De seguir así pronto acabará..

Pronunciando los tacos como se nombran
las medicinas,
coñotrón, pichatrina, cojonilato
y pollaína.

Hay un barquito velero
por el medio de la mar,
al que le llama un poeta
la salada claridad,
es una mina de gracia,
es una mina de sal.

Esa es la mina que quiero,
esa es la mina que quiero
para ir a trabajar



Popurrí




(el ritmo del tangai): De razas tan dispares




(Antología de Villegas): De razas tan dispares

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