martes, 23 de marzo de 2010

Los últimos del Titanic

Llevo un mes bastante perro con el blog y lo he ido dejando ya demasiado. Terminó el concurso, y solo decir que estuve bastante de acuerdo con la mayoría de los premiados, sobre todo en chirigotas. El Vera para mí ha sido la mejor chirigota del concurso. En coros y cuartetos coincido también, aunque 'La Academia' creo que ha sido luego el coro que más he escuchado. Y en comparsas podríamos dárselo a cualquiera, aunque más concretamente a Los Majaras o a Bienvenido, se lo merecían los dos. Finalmente Bienvenido, pues bien también.

Vuelvo con una chirigota de 1999, en la que curiosamente participaban gente del primer premio de chirigotas y el de comparsas de este año. Letra de Iván Chamorro Sibila (componente del Vera) y Luis Manuel Rivero Ramos. La música a cargo de Jesús Bienvenido Saucedo.

Venían representando a los músicos que se quedaron en el Titanic, a compás de caja y bombo, sin guitarras, y se quedaron en las preliminares:

Qué bien, qué bien, qué bien..
nos comimos el iceberg




En la noche de la muerte



En la noche de la muerte
fue más hondo y duro el cante,
los pedales de la fragua
se templaron al saber,
que los versos del poeta
manaban sangre,
sangre roja de la tierra
de donde fue.

En la noche de la muerte
fue la luna su testigo,
vigilando mánsamente
al enemigo,
derramando su luz
por esos campos doloridos,
diciéndo a los gitanos
que el poeta se había ido.

Se quedó dormido Federico,
pero su recuerdo no murió,
no pudo apartarlo del camino,
ni siquiera el fuego del cañón,
que con las verdades de los pueblos,
nunca pudo ningún dictador.

La guitarra lloró,
la Alhambra enmudeció,
y de luto visitó
Mariana Pineda,
porque se nos marchó el poeta
defendiendo con su cante
la libertad de mi tierra.


To llenito de salitre



To llenito de salitre
hemos venío pa cantarte,
porque cerca la Caleta
tuvimos que naufragar,
la corriente me ha empujado
con mucho arte,
y nadando hemos llegado
a este lugar.

No me tachen por la ropa
de persona extravagante,
como ven por el esmoking
soy elegante,
pero en esta ciudad
quizás será por el levante,
lo cierto es que me he
vuelto más guasón
y más tunante.

Cuantito salimos de la Viña
en la Plaza pude percibir,
el son de la música bendita
que en cada esquinita descubrí.
Y entonces cambié la sinfonía
por el tatarataratachín.

La flauta la vendí,
y hasta empeñé el violín,
y monté con la orquesta una chirigota
porque en el mundo no he encontrao
tan magnífica armonía,
ni tanta magia en sus notas.


Cuplé

Se han puesto de moda las pastillita de la viagra
y según dicen es muy segura
y del tirón se te pone dura.
Mi abuelo que se enteró fue a la farmacia
pues dice que ya a su edad la tiene lacia
el viejo tomó lo meno seis cajas
y desde aquel día no hay quién lo jarte de hacerse daño.

Qué bien, qué bien, qué bien..
nos comimos el iceberg