jueves, 25 de septiembre de 2008

La Guapa de Cádiz

Con el tipo de churreros, llegan los gitanos del Puerto con una gran comparsa a las tablas del Teatro Falla, en la que no pudieron entrar en una final de cuatro grupos por modalidad. Dejo dos grandes pasodobles, con la letra de José Mata Morales y la música de Ramón de los Ríos Núñez.



Sentada en su casapuerta



Sentada en su casapuerta,
a Carmela ví llorar,
con setenta primaveras,
aquellas lágrimas brillaban como el cristal.
Y sin querer al pasar cerca de ella
pude escuchar sus gemíos,
el llanto de aquella madre
aun resuena en mis oídos
porque esa voz temblorosa
exclamaba al Dios divino..

Qué puedo hacer,
gritaba la mujer, para hacerle entender
que olvide ya a ese hombre.
Qué puedo hacer si no me quiere oír,
si esta ciega por él,
si por mas que le pega,
mil veces lo perdona,
mil veces lo venera.

Su corazón jamás escucha mis palabras,
solo atiende a las mentiras de ese cínico canalla.
Y aunque al final,
ella siempre me dice que ya no la amenaza
yo se que ese hijo de puta, cualquier día me la mata.


Para conseguir su meta



Para conseguir su meta,
esa por la que luchó,
muchos fueron los esfuerzos,
pero por fin hoy ya es maestro
como soñó..
Y para lograr, alcanzar esa proeza,
tuvo que sacrificarse,
resistiendo con nobleza,
aquellas dificultades,
y el rigor de la enseñanza
de una dictadura infame.

Y soportar,
la indigna represión, de aquel víl profesor,
que le amargó la infancia..
Pedeció.. al son del cara al sol,
por fin todo cambió,
y se acabó por siempre
el pobre y el abuso,
de aquel tiempo indecente.

Tanto cambió, que los derechos de los niños,
han pasado de la nada,
al mismísimo infinito.
Tanto cambió, que aquel sueño alocado,
hoy es su pesadilla,
porque ahora son sus alumnos,
los que le amargan la vida.

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